Violentamente, apartas al hombre de tu camino y continuas la huida. A tu espalda escuchas al hombre pronunciar lo que parece un conjuro, y en ese momento descubres que ya no puedes mover tus piernas.
Violentamente, apartas al hombre de tu camino y continuas la huida. A tu espalda escuchas al hombre pronunciar lo que parece un conjuro, y en ese momento descubres que ya no puedes mover tus piernas.