Al no poder mover las piernas, no queda más remedio que moverse con las manos. Saca fuerzas de donde no tiene y comienza a arrastrarase con sus brazos. Todos esos años de natación valieron la pena. El tunel que te lleva fuera de la ciudad es largo y húmedo, pero la perspectiva de libertad, y sobre todo, seguir resistiento a la Tiranía te obsequia las fuerzas para salir al exterior.